Las abejas perciben el mundo de manera bastante diferente a los humanos debido a las diferencias en su sistema visual. Aquí hay algunas maneras en que la visión de las abejas difiere de la nuestra:
- Color: Las abejas pueden ver en el espectro de luz ultravioleta, que es invisible para los humanos. Esto les ayuda a encontrar flores, ya que muchas especies de plantas tienen patrones en luz ultravioleta que atraen a los polinizadores. A diferencia de los humanos, las abejas no pueden ver el color rojo, pero pueden ver el verde, el azul y una gama de longitudes de onda ultravioletas.
- Polarización de luz: Las abejas pueden detectar la polarización de la luz, lo que significa que pueden ver patrones en el cielo que son invisibles para los humanos. Esto les ayuda a navegar incluso cuando el sol no está directamente visible.
- Visión compuesta: Las abejas tienen ojos compuestos, lo que significa que sus ojos están formados por miles de pequeñas lentes, cada una capturando una parte de la imagen. Esto les da un campo de visión muy amplio y les permite detectar movimientos rápidos, pero su visión no es tan nítida como la de los humanos.
- Percepción de movimiento: Las abejas son muy buenas para percibir el movimiento. Esto les ayuda a evitar depredadores y a volar y aterrizar con precisión.
- Visión tridimensional: Al igual que los humanos, las abejas pueden percibir la profundidad y la distancia. Esto les permite juzgar con precisión las distancias durante el vuelo y aterrizar con éxito en las flores.
Estas fotografías nos acercan un poco a conocer por qué son tan atractivas las flores para las abejas.
Craig Burrows
En relación a la percepción cromática de estos insectos, se sabe que tienen una buena visión para los colores, pero en un espectro distinto al humano. Las abejas son ciegas para el color rojo y, sin embargo, pueden percibir con toda claridad los colores ultravioletas, invisibles a nuestros ojos. Esto significa que ven el mundo que les rodea en color, pero de una forma muy diferente a la nuestra.Muchas flores reflejan estos colores ultravioletas, creando toda una gama decombinaciones de color y de pautas distintas a las que nosotros vemos. Estas marcas y nuevos colores, ayudan a las abejas (y a otros polinizadores) a encontrar las recompensas alimenticias que las flores les ofrecen.En las abejas, la gama de color se extiende desde el ultravioleta (300 nanómetros) hasta el amarillo-anaranjado (650 nm.) mostrando picos de sensibilidad para el ultravioleta, azul y verde.
Nosotros no vemos la banda ultravioleta (somos ciegos para los colores de longitud de onda por debajo de los 400 nm), pero percibimos con gran facilidad toda la banda roja; sin embargo, las abejas que son muy sensibles al ultravioleta son ciegas para el rojo (no distinguen colores por encima de los 650 nm). En un ejercicio de visualización mágica, el fotógrafo Craig Burrows retrata flores bajo una técnica de luz ultravioleta inducida por fluorescencia, la cual en cierta manera evoca las visiones de los insectos, o al menos nos permite imaginar cómo sería percibir el mundo bajo esta luz.