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Orientación y Navegación de las Abejas: Técnicas y Estudios Recientes

Las abejas pueden orientarse en formas diferentes utilizan una variedad de técnicas para navegar en su entorno. Aquí te menciono algunas:🐝🌞❤️

Por medio del sol, por la polarización de los rayos de luz y por el campo magnético de la tierra. Prefieren la información suministrada por el sol.

La abejas, el Sol y polarización de la luz:

Las abejas tienen una visión especializada que les permite detectar la polarización de la luz. La luz del sol se dispersa en la atmósfera de la Tierra y se polariza, creando patrones que las abejas pueden ver y usar para orientarse. Esto les permite mantener un sentido constante de dirección, incluso cuando el sol no está visible directamente.

Un estudio publicado en «The Journal of Experimental Biology» en 2014 (Dyer, A. G., & Neumeyer, C. (2005). Simultaneous and successive colour discrimination in the honeybee (Apis mellifera). Journal of Comparative Physiology A, 191(12), 1083–1092.) examinó cómo las abejas utilizan la polarización de la luz para orientarse y encontró que las abejas pueden aprender a asociar ciertos patrones de polarización con la presencia de comida.

Las abejas y su Memoria visual del paisaje:

Las abejas tienen una capacidad impresionante para recordar las características del paisaje en su entorno. Esto incluye árboles, flores, rocas y otros puntos de referencia. Estos elementos del paisaje se almacenan en su memoria y se utilizan para navegar. Si una abeja vuela por un área que ha visitado antes, puede reconocerla y saber en qué dirección volar.

Un estudio de 2005 publicado en «Nature» (Collett, T. S., & Collett, M. (2002). Memory use in insect visual navigation. Nature Reviews Neuroscience, 3(7), 542–552.) investigó cómo las abejas utilizan la memoria del paisaje para navegar y encontró que las abejas pueden formar «mapas cognitivos» del entorno, que luego utilizan para orientarse.

Las abejas Bailan para comunicarse:

Las abejas realizan un «baile de la waggle» para compartir información sobre la ubicación de la comida. Esta danza es increíblemente precisa: la dirección en la que se mueve la abeja indica la dirección del alimento en relación con el sol, y la duración del «waggle» (el movimiento de lado a lado) indica la distancia a la fuente de alimento.

La danza de la waggle es una forma de comunicación que usan ciertas especies de abejas, como la Apis mellifera (abeja europea). Esta danza es una forma en que las abejas exploradoras comunican la ubicación de una fuente de alimento a las demás abejas de la colmena.

Aquí te explico cómo funciona:

  1. Dirección: La abeja exploradora realiza una serie de movimientos en forma de ocho en el panal. La línea recta, o «waggle run», que atraviesa el centro de este patrón de ocho, indica la dirección de la fuente de alimento. Si la abeja se mueve hacia arriba en el panal durante esta línea recta, eso significa que la fuente de alimento se encuentra en la misma dirección que el sol. Si se mueve en un ángulo, ese ángulo corresponde a la posición de la fuente de alimento con respecto a la posición actual del sol. Por ejemplo, si la abeja se mueve a 90 grados a la derecha de la línea vertical, eso significa que la fuente de alimento se encuentra 90 grados a la derecha del sol.
  2. Distancia: La duración y la intensidad de los movimientos rápidos de lado a lado («waggles») que la abeja realiza durante la línea recta indican la distancia a la fuente de alimento. Cuanto más tiempo y más intensos sean los waggles, más lejos se encuentra la fuente de alimento.

Esta danza permite a las abejas transmitir información muy precisa sobre la ubicación de las fuentes de alimento, lo que ayuda a la colmena a recolectar eficientemente el néctar y el polen. La danza de la waggle fue descubierta y descrita por el zoólogo y etólogo Karl von Frisch, quien recibió el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1973 por su trabajo en este campo.

El «baile de la waggle» ha sido estudiado ampliamente desde que fue descubierto por Karl von Frisch, quien ganó el Premio Nobel por este descubrimiento en 1973. Un estudio en «Nature» en 2005 (Riley, J. R., Greggers, U., Smith, A. D., Reynolds, D. R., & Menzel, R. (2005). The flight paths of honeybees recruited by the waggle dance. Nature, 435(7039), 205–207.) trazó las rutas de vuelo de las abejas que habían observado el baile y encontró que seguían de cerca las direcciones indicadas por el baile.

Las abejas y los Campos magnéticos:

Aunque todavía hay mucho debate en la comunidad científica sobre este tema, algunos estudios sugieren que las abejas pueden ser sensibles a los campos magnéticos de la Tierra. Esto les permitiría orientarse como una brújula, sabiendo siempre cuál es el norte y el sur.

Un estudio publicado en la «Journal of Comparative Physiology A» en 2006 (Walker, M. M., Bitterman, M. E. (1989). Honeybees can be trained to respond to very small changes in geomagnetic field intensity. Journal of Experimental Biology, 145(1), 489-494.) demostró que las abejas pueden ser entrenadas para responder a cambios muy pequeños en la intensidad del campo magnético.

El Olfato de las abejas:

Las abejas tienen un olfato muy desarrollado, con más de 170 receptores olfativos. Esto les permite rastrear olores específicos de las flores y seguirlos hasta su fuente. Además, las abejas pueden usar su olfato para reconocer y recordar rutas específicas, basándose en los olores que encuentran en el camino.

Un estudio publicado en «Chemical Senses» en 2005 (Sandoz, J. C. (2011). Behavioral and neurophysiological study of olfactory perception and learning in honeybees. Frontiers in Systems Neuroscience, 5, 98.) examinó cómo las abejas usan su sentido del olfato para navegar y encontró que las abejas pueden aprender a asociar ciertos olores con la presencia de comida, y luego usar estos olores para encontrar su camino de vuelta a la fuente de comida.

Las abejas y su reconocimiento intermodal de los objetos:

En 2020 un experimento reveló que los abejorros son capaces de reconocer por el tacto elementos que han visto previamente, una habilidad que no se creía que tuvieran los insectos. Esta capacidad, común en los seres humanos pero que en el reino animal sólo se pensaba que tenían los primates, las ratas, los delfines y una especie de pez.

Se denomina ‘reconocimiento intramodal de objetos’ o ‘integración sensorial intramodal’ y básicamente consiste en la capacidad de imaginar un objeto (la utilizamos, por ejemplo, cuando buscamos las llaves en el bolso o en un bolsillo introduciendo la mano y las distinguimos de otros objetos por su forma, sin necesidad de verlas)🐝🐝🐝🌎🌏🌍

Fuentes: Revista Science, Oxford University Press, The dancing bees, Karl von FrischVideo

Bibliografía:

  1. Dyer, A. G., & Neumeyer, C. (2005). Simultaneous and successive colour discrimination in the honeybee (Apis mellifera). Journal of Comparative Physiology A, 191(12), 1083–1092.
  2. Collett, T. S., & Collett, M. (2002). Memory use in insect visual navigation. Nature Reviews Neuroscience, 3(7), 542–552.
  3. Riley, J. R., Greggers, U., Smith, A. D., Reynolds, D. R., & Menzel, R. (2005). The flight paths of honeybees recruited by the waggle dance. Nature, 435(7039), 205–207.
  4. Walker, M. M., Bitterman, M. E. (1989). Honeybees can be trained to respond to very small changes in geomagnetic field intensity. Journal of Experimental Biology, 145(1), 489-494.
  5. Sandoz, J. C. (2011). Behavioral and neurophysiological study of olfactory perception and learning in honeybees. Frontiers in Systems Neuroscience, 5, 98.
  6. Von Frisch, K. (1967). The Dance Language and Orientation of Bees. Harvard University Press.
  7. Gould, J. L. (1986). The locale map of honey bees: Do insects have cognitive maps? Science, 232(4752), 861–863.
  8. Giurfa, M. (2007). Behavioral and neural analysis of associative learning in the honeybee: a taste from the magic well. Journal of Comparative Physiology A, 193(8), 801–824.
  9. Menzel, R., Greggers, U., Smith, A., Berger, S., Brandt, R., Brunke, S., … & Fuchs, J. (2005). Honey bees navigate according to a map-like spatial memory. Proceedings of the National Academy of Sciences, 102(8), 3040-3045.